lunes, 26 de julio de 2021

Esto es Agua


Presentamos un texto del escritor  estadounidense David Foster Wallace (1962-2008). Publicó una decena de libros de ensayos y no-ficción, tres libros de cuentos y tres novelas (La última The Pale King fue publicada post mortem) entre ellas ‘La broma infinita’ (Infinite Jest, 2002) considerada su obra más importante y una de las mejores novelas escritas en lengua inglesa desde 1923 hasta 2006. Este ensayo fue leído originalmente en la ceremonia de graduación para la generación de 2005 en la Universidad de Keyton. Fue publicado en 2009 por la editorial Little, Brown and Company. La traducción corre a cargo de Pablo Robles Gastélum.

 

Esto es agua

Están dos peces nadando uno junto al otro cuando se topan con un pez más viejo nadando en sentido contrario, quien los saluda y dice, “Buen día muchachos ¿Cómo está el agua?” Los dos peces siguen nadando hasta que después de un tiempo uno voltea hacia el otro y pregunta “¿Qué demonios es el agua?”

Este es un requerimiento estándar para los discursos en las ceremonias de graduación, el uso de una pequeña y didáctica historia. El cuento resulta ser uno de los métodos más ejemplificativos y menos tediosos del género, pero si creen que planeo presentarme aquí como el pez viejo y sabio que les va a explicar a ustedes, jóvenes peces, qué es el agua, por favor no lo hagan. No soy el pez viejo y sabio.

El punto de la historia de los peces es simplemente que las realidades más obvias e importantes son con frecuencia las más difíciles de ver y sobre las que es más difícil hablar. Enunciado como una frase, por supuesto, éste es sólo un lugar común como cualquier otro, pero el hecho es que en las trincheras del día a día de la existencia adulta, los lugares comunes pueden tener una importancia de vida o muerte, o por lo menos de ello me gustaría hablar en esta despejada y encantadora mañana.

Claro que el principal requisito para este tipo de discursos es que debo hablar sobre el significado del estudio de las ciencias sociales y humanidades, tratar de explicar por qué el título que están a punto de recibir tiene un valor humano real y no sólo un fin material. Hablemos entonces del cliché más generalizado en los discursos de graduación, que es que la formación en ciencias sociales y humanidades tiene como objetivo tanto proveerlos de conocimiento como enseñarles cómo pensar. Si ustedes son como yo cuando era estudiante, no debe gustarles escuchar este tipo de cosas, e incluso se sienten un poco ofendidos por la afirmación de que necesitan que alguien les enseñe cómo pensar, dado que el hecho de que hayan sido aceptados en una universidad tan buena como ésta parece probar que ya saben hacerlo. Sin embargo, vengo a plantear que el cliché no resulta ser para nada insultante, porque lo que verdaderamente importa para su educación –misma que se supone reciben en una escuela como ésta- no gira en torno a la capacidad para pensar sino en decidir sobre qué decidimos pensar.

Si su total libertad de pensamiento con respecto a las decisiones sobre qué pensar les parece demasiado obvia como para desperdiciar tiempo discutiéndola, les pediría que piensen sobre los peces y el agua, y que sólo por un par de minutos hagan un paréntesis en su escepticismo sobre el valor de lo totalmente obvio.

Aquí va otra pequeña y didáctica historia. Están dos hombres sentados juntos en un bar ubicado en una parte remota de Alaska. Uno de los hombres es religioso, el otro es ateo, y los dos discuten sobre la existencia de Dios con esa especial intensidad que viene después de la cuarta cerveza. Entonces el ateo dice: “Mira, no es que no tenga razones para no creer en Dios, no es que nunca haya experimentado el Creo-En-Dios-Y-Rezo y esas cosas. Justo el mes pasado me agarró una tormenta de nieve lejos de casa, estaba totalmente perdido y no podía ver nada, la temperatura era cincuenta grados bajo cero, entonces lo intenté: me arrodillé en la nieve e imploré ‘Oh, Dios, ¡si es que existes! Estoy perdido en la nieve y moriré si no me ayudas’”. El hombre religioso mira desconcertado al ateo y dice “Entonces debes creer ahora, después de todo aquí estás, vivo”. El ateo mueve la cabeza y dice: “No, hombre, lo único que pasó es que casualmente un par de esquimales pasaban por ahí y me mostraron el camino de regreso”.

Es fácil ver esta historia a través del cristal con el que normalmente se analizan este tipo de situaciones en cualquier carrera de ciencias sociales y humanidades: exactamente la misma experiencia puede significar dos cosas completamente diferentes para dos personas, considerando las diferentes creencias y patrones, y las diferentes formas de construir significados basados en la experiencia. Como priorizamos la tolerancia y la libertad de pensamiento, por supuesto que no vamos a querer afirmar que una interpretación es verdadera y la otra falsa o mala.

Lo cual está bien, excepto por el hecho de que nunca terminamos hablando sobre de dónde vienen estas creencias y patrones. Es decir, de dónde vienen dentro de estos dos hombres. Como si la orientación más básica de una persona, y el significado de su experiencia fueran de alguna manera inherentes a ella, como la altura o el número de zapato; o fueran automáticamente absorbidos de la cultura, como el lenguaje. Como si la forma de construir significados no fuera el resultado personal e intencional de una decisión consciente. Además, tenemos la cuestión de la arrogancia. El ateo está convencido de que el hecho de que los dos esquimales hayan pasado en ese momento no tuvo nada que ver con su rezo pidiendo ayuda. Cierto, también hay un montón de religiosos arrogantes y seguros de sus propias interpretaciones. Son probablemente más repulsivos que los ateos, y que, por lo menos, la mayoría de nosotros. Pero el problema de los dogmáticos religiosos es exactamente igual al del no-creyente de la historia: la certidumbre ciega, una mente cerrada que equivale a un aprisionamiento tan absoluto donde el mismo prisionero ignora que está encerrado.

El punto es que pienso que ésta es una parte de lo que el mantra de “enseñar cómo pensar” debe significar: ser un poco menos arrogantes, tener “consciencia crítica” sobre mí mismo y mis certidumbres…porque un buen porcentaje de las cosas que doy por dadas, resultan eventualmente diluidas e incorrectas. Yo he aprendido esto de la manera difícil, como seguramente ustedes también lo harán.

 Aquí va un ejemplo del carácter erróneo que hay en las cosas sobre las cuales tiendo a estar automáticamente seguro. Todo en mi inmediata experiencia sostiene mi profunda creencia de que yo soy el centro absoluto del universo, la más real, vívida e importante persona en la existencia. Raramente pensamos en este tipo de este egocentrismo natural por el hecho de que es socialmente repulsivo, pero en el fondo es básicamente el mismo en todos nosotros. Es nuestra configuración predeterminada, inherente a nosotros desde el nacimiento. Piensen en esto: no existe ninguna experiencia que hayan tenido en la cual ustedes no hayan sido el centro de la misma. El mundo como lo viven está ahí en frente a ustedes, o detrás, o a un lado, en frente, o en la televisión, o en su monitor, o en dónde sea. Los sentimientos o ideas de otras personas tienen que ser comunicadas a nosotros de alguna manera, pero las propias son inmediatas, urgentes, reales. Ya van entendiendo. Pero por favor no se preocupen que me esté preparando para predicar sobre la compasión o las también llamadas “virtudes”. Esto no se trata de virtud sino sobre decidir cambiar, o liberarse de alguna manera, de esa configuración predeterminada, la cual es: ser profunda y literalmente egocéntrico, y ver e interpretar todo a través del lente de sí mismo.

 Las personas que pueden ajustar su configuración predeterminada de esta manera son con frecuencia denominadas “bien equilibradas”[1], término que, sugiero, no es fortuito. Siguiendo la línea académica, una pregunta obvia sería qué tanto de este ajustarnos a nuestra configuración predeterminada involucra realmente conocimiento o intelecto. No es de extrañar que la respuesta sea: depende de qué tipo de conocimiento del que estemos hablando.

 Probablemente el aspecto más peligroso de la educación académica, por lo menos en mi caso, es que posibilita mi tendencia a sobre-intelectualizar las cosas, a perderme en el pensamiento abstracto en lugar de simplemente poner atención a lo que está pasando frente a mí. En lugar de poner atención a lo que está pasando dentro de mí. Como seguramente a estas alturas ya saben, es extremadamente difícil mantenerse alerta y concentrado en vez de quedarse hipnotizado por el constante monólogo que tiene lugar dentro de nuestra cabeza. Lo que todavía no saben son las implicaciones de esta lucha.

 A veinte años de haberme graduado, me he dado cuenta paulatinamente de estas implicaciones, y advertí que el cliché universitario de “enseñarte cómo pensar” era realmente la síntesis de una muy importante y profunda verdad. “Aprender a pensar” realmente significa aprender a ejercer cierto control sobre cómo y qué es lo que pensamos. Significa estar lo suficientemente conscientes para escoger a qué le ponemos atención y decidir cómo vamos a construir significados a través de la experiencia. Porque si ustedes no pueden o no quieren ejercer este tipo de decisiones en su vida adulta, estarán totalmente derrotados. Piensen en el viejo cliché de cómo la mente es un “excelente sirviente pero un pésimo amo”. Éste, como muchos otros clichés, tonto y banal en la superficie, en realidad expresa una gran y terrible verdad. No es coincidencia que la mayoría de los adultos que se suicidan con armas de fuego siempre se disparen a sí mismos en…la cabeza. Y la verdad es que la mayoría de estos suicidas estaban muertos mucho antes de jalarle al gatillo.

 Y esto es realmente, sin mentiras ni bromas, de lo que su educación debe tratarse: cómo evitar ir por tu confortable, próspera y respetable vida adulta, siendo un muerto, inconsciente, esclavo de tu cabeza y de tu configuración predeterminada, esa que te hace estar única, completa y totalmente solo día tras día. Esto puede sonar a una exageración o un sinsentido abstracto. Entonces hagámoslo concreto. El hecho es que ustedes recién graduados todavía no tienen idea de lo que “día tras día” realmente significa.

 Resulta que hay una buena parte de la vida adulta americana de la cual nadie habla en los discursos de graduación. Esa parte involucra aburrimiento, rutina y una bonita frustración. Los padres y las personas más grandes aquí entenderán perfectamente de lo que hablo. Por ejemplo, supongamos que este es un día normal en la vida adulta, se levantan en la mañana, se dirigen a su desafiante trabajo de oficina digno de un graduado, trabajan por nueve o diez horas, al final del día están cansados y muy estresados: todo lo que quieren es irse a su casa, prepararse una buena cena, tal vez despejarse un rato y dormirse temprano porque tienen que levantarse temprano al día siguiente a hacer lo mismo de nuevo.

 Pero de repente recuerdan que no hay comida en la casa –no han tenido tiempo suficiente para comprar comida esta semana a causa del desafiante trabajo- entonces al final del día tienen que subirse al automóvil y manejar hasta el supermercado. Es la hora que marca el fin de la jornada laboral y el tráfico es espantoso, entonces llegar a la tienda toma mucho más tiempo del que debería, y cuando finalmente llegan ahí, el supermercado está atiborrado de gente, porque por supuesto es la hora del día en que las demás personas que también tienen trabajo tratan de hacer cabida en su horario para ir de compras al supermercado, y la tienda está horrorosa y fosforescentemente iluminada, ambientada con espantoso pop corporativo o esa genérica música de fondo capaz de matar almas. Es el último lugar en el que quisieras estar pero no puedes entrar y salir inmediatamente. Tienes que deambular por los inmensos y saturados pasillos para encontrar las cosas que quieres, tienes que maniobrar con tu carrito entre todas las demás personas, que también están cansadas y tienen su propio carrito, y por supuesto están los viejos que se toman todo el tiempo del mundo, los que toman demasiado espacio, los niños hiperactivos, y tú tienes que poner la mandíbula dura y ser amable mientras les pides que te dejen pasar, hasta que por fin encuentras lo que buscabas, sólo que ahora no hay suficientes cajas abiertas a pesar de que la tienda está llena, entonces la fila para pagar es interminable. Lo cual es estúpido e irritante, pero no puedes desahogar tu ira con la frenética señora trabajando en la caja registradora, quien para ese entonces ya ha trabajado más horas de las que le tocan al día en un trabajo cuya rutina e insignificancia sobrepasan la imaginación de cualquiera de nosotros aquí en esta prestigiosa universidad…Pero bueno, finalmente llegas al frente de la fila y pagas por tu comida, y esperas tu cambio o a que una máquina apruebe tu tarjeta para después escuchar un “Que tenga un buen día” en una voz que suena como la muerte misma.

 Y después tienes que llevar tus feas y poco sólidas bolsas de plástico en tu carrito que tiene una de esas llantas locas que lo hacen moverse irremediablemente a la izquierda, todo mientras pasas por un estacionamiento sucio y lleno de gente, y tratas de subir las bolsas a tu automóvil de manera que nada se vaya a salir y rodar por la cajuela durante el camino, y luego tienes que manejar en medio de un lento y pesado tráfico para llegar a tu casa, etcétera, etcétera. Todos han pasado por esto, claro, pero todavía no ha sido parte de la rutina de ustedes, graduados, día tras semana, tras mes, tras año. Pero lo será, junto con otras rutinas no menos aburridas, tediosas y sin sentido. Excepto que ese no es el punto. El punto es que dentro de toda esta mierda frustrante entra el trabajo de escoger.

 Como el tráfico es lento, los pasillos atestados y la fila para pagar larga, si no hago una decisión consciente sobre qué pensar y a qué ponerle atención, estaré enojado y seré miserable cada vez que tenga que ir de compras al supermercado, porque mi configuración natural hace que en situaciones como estas todo gire en torno a mí, mi hambre, mi fatiga, mis ganas de irme a casa, y parecerá que todos los demás en el mundo están en mi camino, y a todo esto, ¿quién chingados son todas estas personas en mi camino? Y mira qué repulsivas lucen la mayoría de ellas y cómo parecen ovejas haciendo fila en la línea para pagar, o qué tan irritante y descortés es que las personas hablen así de fuerte por celular en medio de la fila, y, miren qué injusto es esto: he trabajado realmente duro todo el día, tengo hambre, estoy cansado y no puedo irme a mi casa por culpa de estas estúpidas y malditas personas. O, por supuesto, si estoy en una forma más socialmente consciente de mi configuración predeterminada, puedo pasar mi tiempo atorado en el tráfico estando enojado y disgustado con todas esas gigantes y estúpidas camionetas familiares, Hummers pick ups mientras gastan su derrochador y egoísta tanque de 150 litros, y puedo extenderme hablando de cómo las calcomanías religiosas o patrióticas parecen siempre estar pegadas en los vehículos más monstruosos manejados por los más feos, desconsiderados y agresivos conductores, quienes además suelen hablar por celular mientras tocan su claxon solo para ponerse seis estúpidos metros adelante en el tráfico, y puedo pensar en cómo los hijos de nuestros hijos van a odiarnos por haber desperdiciado todo el combustible del futuro y probablemente haber jodido el clima, y en cómo todos somos malcriados, estúpidos y egoístas, y cómo todo apesta, y así sucesivamente… Miren, si decido pensar así está bien, muchos de nosotros lo hacemos, excepto que ese pensamiento tiende a ser fácil y automático, no tiene que representar ninguna elección.

 Pensar de esta manera es mi configuración predeterminada. Es la forma automática e inconsciente con la que experimento lo aburrido y frustrante de la vida adulta, una vez que opero con la automática e inconsciente creencia de que soy el centro del mundo y que mis necesidades y sentimientos inmediatos son lo que deben de determinar las prioridades del mundo. La cosa es que obviamente hay diferentes maneras de pensar este tipo de situaciones.

 Hay mucho tráfico, todos estos vehículos están parados y estorbándome en el camino: no es imposible pensar que algunas de esas personas manejando camionetas familiares hayan estado en horribles accidentes automovilísticos en el pasado y ahora manejar para ellos se ha vuelto una experiencia tan traumática que su terapista no ha tenido más remedio que aconsejarles comprar una camioneta grande en la que se sientan suficientemente seguros al manejar; o que la Hummer que se acaba de meter en frente de mí está siendo manejada por un padre cuyo hijo está herido o enfermo en el asiento de copiloto, y está tratando de evadir el tráfico para llegar pronto al hospital, y que tiene una prisa más legítima que la mía. Realmente soy yo quien está atravesándose en su camino. O puedo escoger forzarme a considerar que muy probablemente las demás personas haciendo fila en el supermercado están tan aburridas y frustradas como yo, y que en lo general algunos de ellos tal vez tengan vidas mucho más difíciles, tediosas o dolorosas que la mía. Y así sucesivamente.

 De nuevo, por favor no piensen que les estoy dando un consejo moral, o que estoy diciendo que “tienen que” pensar de esta manera, o que alguien automáticamente espera ello de ustedes, porque es difícil, toma voluntad y esfuerzo, y si son como yo, algunos días no serán capaces de hacerlo, o no querrán hacerlo. Pero la mayoría de los días, si están lo suficientemente atentos como para decidir, pueden decidir ver diferente a la señora gorda con mal de ojo y demasiado maquillaje que acaba de gritarle a su hijo en la fila para pagar. Tal vez ella no siempre es así; tal vez lleva tres noches seguidas sosteniendo la mano de su marido quien está muriendo de cáncer, o tal vez esta misma señora es la empleada mal-pagada de oficina, que justo ayer, te ayudó a resolver un engorroso trámite ejerciendo un pequeño acto de bondad burocrática. Claro, ninguno de estos casos es probable, pero tampoco imposible. Depende de qué es lo que ustedes prefieran considerar.

Si están automáticamente seguros de saber qué es la realidad y quiénes y qué es importante –si quieren operar con su configuración predeterminada- entonces ustedes, como yo, probablemente no van a considerar ningún escenario que no sea fastidioso o sin sentido. Pero si realmente han aprendido cómo pensar, cómo poner atención, entonces sabrán que tienen más opciones. Estará en sus manos hacer de una situación lenta, infernal y estresante no sólo una experiencia significativa sino algo sagrado, un fuego con la misma fuerza que enciende las estrellas; compasión, amor, la subsuperficie de todas las cosas. Esta onda mística no necesariamente tiene que ser verdad: la única Verdad que lleva mayúsculas aquí es que ustedes tienen la capacidad de decidir cómo quieren ver las cosas. Esto, me parece, es la libertad de la educación verdadera, de aprender cómo estar “bien-equilibrados”: Ustedes pueden decidir conscientemente qué tiene importancia y qué no. Ustedes deciden qué es lo que van a adorar, porque aquí hay otra cosa que es verdad: en el día a día de la vida adulta no existe tal cosa como el ateísmo. No existe tal cosa como no adorar nada. Todo el mundo adora algo. La única elección está en qué decidimos adorar. Y una gran razón para decidir adorar a algún dios o algo parecido a un espíritu –llámese Jesucristo, Allah, Yavé, la Diosa Madre, Las Cuatro Nobles Verdades o una colección de principios infrangibles- es que prácticamente cualquier cosa que adores te comerá viva. Si adoran el dinero y las cosas –si eso es lo que consideran que tiene verdadera importancia en la vida- entonces nunca tendrán suficiente. Nunca van a sentir que tienen suficiente. Es la verdad. Adorar su propio cuerpo, belleza o encanto sexual siempre los hará sentirse feos, y cuando la edad se empiece a notar en ustedes, habrán muerto un millón de veces antes de que los entierren. Hasta cierto punto ya todos sabemos estas cosas –han sido codificadas como mitos, proverbios, clichés, trivialidades, epigramas, parábolas: el esqueleto de toda buena historia.

 El secreto está en mantener esta verdad en frente de nosotros diariamente. Si adoras el poder te sentirás débil y con miedo, y necesitarás más poder sobre otros para anestesiar el miedo. Si adoras tu intelecto, o ser considerado inteligente, terminarás sintiéndote estúpido, un fraude siempre a punto de ser descubierto. Y así sucesivamente. Miren, la cosa más insidiosa de estas formas de adoración no es que sean malignas o llenas de pecado; es que son inconscientes. Son configuraciones predeterminadas. Son el tipo de adoración que gradualmente nos atrapa, día a día, haciéndonos más selectivos en lo que vemos y en cómo medimos el valor de las cosas sin ni siquiera estar plenamente conscientes de que lo estamos haciendo. Y el llamado “mundo real” no te desanimará a operar con tu configuración predeterminada, porque el llamado “mundo real” de hombres, dinero y poder se lleva bastante bien con el combustible del miedo, desprecio, deseo, frustración y la adoración de sí mismo.

 Nuestra misma cultura contemporánea le ha puesto un arnés a estas fuerzas de modo que han cedido el paso a la riqueza, el confort y la libertad personal. La libertad para ser amos de nuestro pequeño reino, solos en el centro de toda creación. Este tipo de libertad suena muy atractiva. Pero por supuesto hay diferentes tipos de libertad, y del tipo más preciado de libertad no van a escuchar hablar mucho allá afuera en el mundo competitivo del ganar, conseguir y mostrar.

 El tipo de libertad más importante involucra atención, consciencia, disciplina, esfuerzo, y ser capaces de preocuparse realmente por las demás personas y sacrificarse por ellas, una y otra vez, realizando miles de pequeños, y nada sexys, actos, día tras día. Esa es la verdadera libertad. Eso es ser enseñado a cómo pensar. La alternativa es la inconsciencia, la configuración predeterminada, la “carrera de ratas” –la constante e insistente sensación de haber tenido y perdido algo infinito. Ya sé que todo esto probablemente no suena nada divertido, refrescante o inspirador como suelen hacerlo los discursos de las ceremonias de graduación. Lo que es, como lo veo hasta ahora, es la verdad, con un montón de basura retórica recortada. Obviamente pueden pensarlo cómo ustedes deseen. Pero por favor no lo vean como un sermón en donde la Dra. Laura[2] mueve el dedo índice como metrónomo y de forma acusadora.

 Nada de esto se trata de moral, religión, dogma o sofisticadas preguntas sobre la vida después de la muerte. La cuestión aquí, es la vida antes de la muerte. Es llegar hasta los treinta, o tal vez incluso los cincuenta, sin querer dispararse a sí mismo en la cabeza. Es sobre el verdadero valor de la educación, que no tiene que ver con calificaciones o títulos sino con la simple conciencia –conciencia de lo que es real y esencial, tan escondido a simple vista alrededor de nosotros, que tenemos que recordarnos a nosotros mismos una y otra vez:

“Esto es agua.”

“Esto es agua.”

“Estos esquimales pueden ser mucho más de lo que parecen.”

Es inimaginablemente difícil hacer esto –vivir de manera consciente, adulta, día tras día. Lo que significa que una vez más el cliché es cierto: su educación realmente es el trabajo de una vida, y comienza ahora.

 Les deseo mucho más que suerte.

[1] “Well-adjusted”

[2] Laura Schlessinger

sábado, 25 de agosto de 2018

CADÁVER EXQUISITO + POESÍA EN AGUACATAL


TALLER DE ESCRITURA DE POESÍA 
"DESPERTANDO LOS SENTIDOS"
EN EL MARCO DEL XVIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE CALI 2018


ESTUDIANTES DEL GRADO CAMINANDO DE LA IE ISAÍAS GAMBOA SEDE EL AGUACATAL

El siguiente es un poema colectivo escrito por los participantes beneficiados con el Taller de Escritura de Poesía Despertando los Sentidos. Ellos y ellas aprenden a conocer sus palabras, sus tonos con sus propios juegos. 

La sombra de un árbol acarició mi cara y me puse a pensar:
De polvo vienes y en polvo te convertirás.
Quizá un árbol cortado es como un soldado que mata.
De por sí, uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Entonces, lo mejor será crear una cadena viva con mi familia.
Soy un gran alto, soy un gran enano, soy el más apto de mi barrio.
La vaca –que me mira- se llama Lola y es negra, sus dientes son blancos y brillan como ella.
Mi corazón late de amor cuando te veo.
En cambio yo sé que me miras pero no me ves.
También, sé que eres más bonita que las princesas porque hueles a rosas.
De todos modos, tengo claro que el amor no está en lo físico sino en el corazón
Y sabes algo, me dije:
La vida es corta disfrútala y valora lo poquito que tienes
           No todos lo tienen, así que ponte de pie Guerrero
           Tienes batallas por ganar, debes dar lo mejor de ti
           Porque lo mejor está por venir.

sábado, 9 de septiembre de 2017

TALLER UNO DE RECUPERACIÓN GRADO OCTAVO. TERCER PERIODO

Con tu profesor, busca la definición de las siguientes palabras y escribe el concepto en tu cuaderno: Pautas, Ensalzar, Hedonismo, Materialismo, Teen-agers, Glándula pituitaria, Menstruación, Poluciones nocturnas, Arquetipo, Espíritu crítico.

Adolescencia y alegría
Por, Victoria Cardona Romeu

La fotografía que ilustra este tema, a muchos padres y madres nos arranca una sonrisa y también nos conmueve la alegría de estas criaturas que nos demuestran dos cosas: por un lado que entre estas niñas hay una buena relación de compañerismo; y, por el otro, que las tenemos en la edad de oro; queremos expresar que es aquella edad de pocos cambios de humor, de aceptación de las pautas establecidas en el hogar, de tranquilidad y de buena armonía. Sería la edad ideal para preparar la adolescencia, un tiempo de rebeldía, que siempre ha existido, pero que hoy por el contexto social en que vivimos se hace más evidente, ya que las normas existentes en familia se ven perjudicadas por estilos de vida no habituales, pero si aplaudidos en algunos canales de televisión, en la radio o en las redes sociales. Por eso es que nuestro buen humor y alegría serán efectivos para educar a nuestros adolescentes.

Vivir educando de acuerdo con los tiempos
Hace años nuestros pequeños y jóvenes podían irse educando por su entorno social. Era, en frase de José Antonio Marina, que escuché hace poco en un debate en televisión, ''como dejarse llevar, surfeando por las olas''. No era necesario que los padres anduvieran preocupados ya que el ambiente les era favorable en la transmisión de valores. Hoy, en primer lugar los padres y en segundo lugar la escuela, somos los auténticos protagonistas de la educación de chiquillos y de adolescentes que deben educar por contagio (hoy lo bueno es lo que es viral en redes o en la web). El ambiente, a veces hedonista y materialista, que influye en algunos jóvenes podría estropear –en el caso de no estar atentos– muchos de nuestros esfuerzos y aportar modelos inconvenientes para su formación.

Algunas ideas prácticas

Destaquemos a continuación algunas sugerencias para ayudar a padres y madres en la etapa adolescente de los hijos:

1. Seguir manteniendo la exigencia y los límites que hemos marcado según nuestros objetivos educativos. Es importante mantener el mismo criterio para el cumplimiento de los horarios establecidos tanto para los que hacen referencia a la hora de llegada a casa como para el tiempo de estudio, de televisión, de internet o de ocio. 
2. Orientar su capacidad crítica para saber distinguir lo que le conviene.
3. Presentarle modelos con ideales. Es aconsejable hacerlo a través de películas o lecturas que fomenten el valor de la generosidad. 
4. Procurar que tengan alguna afición de tipo deportivo, como básquet, fútbol, ciclismo u otras prácticas deportivas, que les sirva de reparador de fuerzas y fomente encontrar amigos o amigas con inclinaciones saludables. 
5. Ofrecerles todo nuestro tiempo para esperar con paciencia que nos hagan sus confidencias. Si solo nos dedicáramos a preguntar, sin escuchar lo que les preocupa, les parecería –con toda la razón del mundo- que son espiados en lugar de amados. 
6. Dar soluciones a sus problemas pero, si en alguna ocasión se equivocan, dialogar lo positivo y lo negativo de la experiencia recibida y aprovechar para enseñar que cada uno es responsable de sus actos y que debemos evitar culpar a los demás.

Una actitud activa, comprensiva y paciente
Y, ¿qué podemos hacer cuando no sabemos cómo resolver alguna dificultad? Una respuesta la podemos encontrar en apartarse un poco del problema, estudiarlo de lejos y afrontarlo con buen ánimo y, sobre todo, cuando no podemos remediarlo solos, saber pedir ayuda a personas de nuestra confianza, primero y por supuesto al cónyuge, al tutor o tutora, que conoce bien a nuestro hijo y su comportamiento en la escuela, y si con estos medios aún no lo hemos podido aclarar, pedir consejo a orientadores familiares o médicos.
Es cuestión, ante todas las circunstancias, de siempre seguir adelante y con buena cara. Conviene tener una actitud positiva y alegre para actuar con serenidad. En la etapa adolescente de nuestros hijos es importante confiar y no pensar mal. Nos abrirán su corazón cuando quieran, siempre que vean que confiamos en ellos. Entonces será el momento del encuentro y la verdad del padre y de la madre lucirá mejor si es defendida con paciencia, comprensión y coherencia. Esta verdad la hemos de hacer compatible con la valentía para tener sinceridad y hablar de lo que creamos necesario; también para saber dejar tiempo para la reflexión de los jóvenes.
Y recordemos a Séneca: ''Sea esta la regla de nuestra vida, decir lo que sentimos, sentir lo que decimos. En suma que la palabra esté de acuerdo con los hechos''. 

Los aspectos sexuales de la adolescencia
Por, José Luis Mota Garay


La adolescencia transcurre desde los 11 ó 12 años hasta los 16 ó 17 aproximadamente. En los países anglosajones cuando se habla de los adolescentes se les llama teen-agers.
        La pubertad es el prólogo de la adolescencia. Comienza en torno a los 10 u 11 años en las niñas y los 12 ó 13 en los niños. Se podría decir que la característica más destacada de esta etapa es una explosión de crecimiento corporal y el inicio de la madurez sexual; crecimiento y madurez que se van a prolongar en toda la adolescencia. Lo más llamativo, por tanto, de la pubertad son estos cambios fisiológicos.
        El crecimiento está causado por el incremento en la producción hormonal de la glándula pituitaria. No es un crecimiento acompasado, sino que las piernas crecen más rápidamente que el tronco y las manos y los pies se hacen desproporcionados respecto al conjunto del cuerpo: es la edad del estirón que da a los adolescentes un aire desgarbado. También aparece el acné juvenil, debido a los desajustes hormonales, que unido a lo anterior les hace sentirse ridículos e inseguros; todo ello disminuye su autoestima, ya que no saben aceptar ese nuevo aspecto físico, y no se dan cuenta de que es transitorio.
        La causa del cambio fisiológico más importante de la adolescencia es el que se produce por la maduración de sus órganos sexuales. Los ovarios en las chicas, y los testículos en los varones, empiezan a producir los óvulos y los espermatozoides; y el principio de la maduración se va a notar en la primera menstruación en las chicas y en la primera eyaculación, que suele ser nocturna, en los chicos. A la vez, los órganos sexuales segregan a la sangre, y se extienden por todo el cuerpo, las hormonas femeninas y masculinas que van a ser la causa de la aparición de los caracteres sexuales secundarios. En las mujeres se manifiestan en que, junto a las primeras reglas, el cuerpo va tomando formas redondeadas, se produce una mayor anchura de las caderas y el desarrollo de los pechos, aparece el vello en las axilas y en el pubis. En el caso de los varones, junto a las primeras eyaculaciones, la aparición del bigotillo, y posteriormente la barba en la cara, y del vello en las axilas y en el bajo vientre, el cambio de voz y un desarrollo óseo y muscular más intenso.

Agitación interior
Estos cambios fisiológicos van emparejados con cambios de conducta: falta de atención, menor rendimiento escolar, obstinación, brusquedad al actuar, desobediencia...
        Los adolescentes no comprenden lo que les pasa, y sufren porque se ven indefensos, como un bicho raro. Especial cuidado se ha de tener para explicar, antes de que ocurra, a las niñas lo que es la menstruación y a los niños lo que son las poluciones nocturnas, pues de otra manera se asustan, piensan que les pasa algo extraño y... como se sienten solos, porque no saben o no se atreven a explicárselo a sus padres, eso les lleva al aislamiento, la ansiedad e incluso pueden caer en la depresión.
        Superado este periodo de agitación y maduración sexual, los adolescentes entran en una fase más tranquila: empiezan a interesarse por las actividades sociales, superan su apatía y vuelven a interesarse por los deportes, se controlan más emocionalmente y suavizan su espíritu crítico. Todo lo cual hace que mejoren su comportamiento.
        La afectividad del adolescente se intensifica ostensiblemente. Su admiración se dirige hacia su ídolo o sus ídolos -de los que hace verdaderos arquetipos de su comportamiento- y también, vuelcan su afecto en sus amigos, unos pocos o solo uno, porque le escuchan, le comprenden y son en los que puede confiar para confiarles en secreto sus inquietudes e ilusiones. Puede surgir el primer amor, que puede llevarle a aislarse y a abandonar el grupo.

TALLER DE COMPRENSIÓN LECTORA
Responda de acuerdo a la lectura.

1. ¿Cómo quieren los padres que sus hijos sigan siendo a pesar de los cambios notorios que se presentan en la adolescencia?






2. ¿Qué diferencias se presentan entre la adolescencia del pasado (la que vivieron tus padres) y la adolescencia actual (la que vives tú en la actualidad)?
Infancia y adolescencia de tus padres
Infancia y adolescencia en la actualidad









3. Escriba en 1/8 de cartulina, las sugerencias que da la escritora Victoria Cardona a los padres y madres para educar a sus hijos en la etapa de la adolescencia. Compártala en casa con ellos.

4. Escribe cuáles de las sugerencias de la autora se practican en casa y en tu vida de adolescente.








5. ¿Confías en tus padres? ¿Sí o no, por qué?





6. Reflexione y analice las siguientes frases. Dé un ejemplo de vida que explique la frase y escriba su punto de vista. Ten en cuenta que la frase uno se refiere a los padres y la dos a todas las personas en general.
''Como dejarse llevar, surfeando por las olas''. José Antonio Marina.








''Sea esta la regla de nuestra vida, decir lo que sentimos, sentir lo que decimos. En suma, que la palabra esté de acuerdo con los hechos'' de Séneca.






7. Cuenta quiénes son tus modelos a seguir (ídolos) y explica por qué los sigues, los escuchas, los ves, porqué te sabes su vida e historia. Además, explica qué es lo que te identificas con ellos o ellas.









8. A partir del texto “Los aspectos sexuales de la adolescencia” escribe dos párrafos, con más de 5 líneas cada uno, en los que cuentes los cambios físicos y  sicológicos que estás atravesando en esta etapa de vida.
Párrafo Uno.






Párrafo Dos.







9. ¿Cómo te gustaría vivir esta etapa de tu vida? Explica. Ten cuenta los aspectos, sociales, académicos, afectivos familiares, proyecciones o sueños.


















TALLER UNO DE RECUPERACIÓN DECIMO Y ONCE

ELABORE EN TRÍOS. LUEGO, EL ESTUDIANTE QUE DEBE NIVELAR SERÁ EVALUADO DE FORMA INDIVIDUAL.

1. Trabajo en tríos. Cada estudiante desarrolla la actividad en su cuaderno para posterior revisión. Uno de los tres escribe aparte para entregar el taller grupal resuelto.

2. A partir de las siguientes frases dichas y expresadas por altos jerarcas de la iglesia, escribe un párrafo para cada frase en el que expreses tu opinión acerca de lo que allí se argumenta. Piensa en las siguientes preguntas para poder escribir cada uno de los párrafos: ¿Estás a favor o en contra de lo que dice? ¿Qué tipo de personas de nuestra sociedad podría creer lo que dicen, cuáles no le darían validez a estas palabras y de qué sectores vienen tanto las que creen como las que no dan validez? ¿Tiene razón al decir lo que está diciendo en esa frase, en qué se basa? ¿Tiene el poder para decirlo? ¿Quién le da el poder para decir lo que dice acerca de las personas? ¿Está ligado más a la persona que lo dice que a la institución a la que pertenece?

3. Después, escriban un artículo de opinión de tres párrafos, en el que expresen una sola opinión acerca de estas frases, los sacerdotes y la iglesia. 



jueves, 11 de mayo de 2017

NOTI E - DÍA DE LA EXCELENCIA


I.E. LEONOR LOURIDO DE VELASCO MARCHA HACIA LA EXCELENCIA


De Izquierda a Derecha la Rectora 
Luz Stella Zapata García, 
Beatriz Murillo, Sandra Larrahondo y
 Liliana Daza. Preparativos del Día E.
En nuestra Institución Educativa todos nos montamos en la Ruta segura para convertirnos en una de las mejores de la región y del país.

En nuestra institución ubicada en Zona Rural del Municipio de Yumbo respiramos responsabilidad, honestidad, compromiso, autonomía y respeto. Aquí, la rectora de la Leonor Lourido de Velasco, la Esp. Luz Stella Zapata García, comenta que todos los miembros de la comunidad educativa nos hemos visto motivados a participar de la invitación que el Ministerio de Educación Nacional hace a todos las instituciones del país privadas y públicas en torno a la evaluación del ISCE que pretende mejorar la calidad de la Educación de los niños, niñas y jóvenes colombianos.

Es así, como el Día E se ha convertido en el derrotero que nos permite evaluar y comparar los resultados que año a año se dan en nuestra institución para superar los resultados, mejorar la Calidad Educativa y potenciar el aprendizaje de los estudiantes de la Leonor Lourido.


De esa manera y cumpliendo con la ejecución de la caja de herramientas se realizó en los años anteriores un análisis puntual de la información del ISCE de los años 2015, 2016 y 2017, el cual determinó que en el primer año (2015) se presentó un avance en los tres niveles de Primaria, Secundaria y Media; el año siguiente (2016) hubo un descenso en primaria y secundaria. Y, durante el 2017 hubo un avance significativo en los tres niveles; aunque no se alcanzaron las metas establecidas en primaria y secundaria, cabe destacar que en la media, casi se duplicó la meta propuesta.
Padres, madres de familia y acudientes de los estudiantes en la Celebración del Día E de la familia 2015
Todos los Docentes de la Institución Educativa, explica la Rectora Luz Stella, “han mostrado compromiso cada año aplicando diferentes estrategias en el aula de clases a partir de los resultados que presentan los estudiantes en las diferentes pruebas y en cada uno de los conceptos que se revisan durante el Día E: Desempeño, Progreso, Eficiencia y Ambiente Escolar”.

Este proceso ha permitido concientizar a la comunidad educativa en torno al mejoramiento académico y a la potenciación del aprendizaje por medio del sentido de pertenencia, con la idea de que todos estamos trabajando por el progreso de nuestras comunidades.