Cuento Ganador del grado 6.2 durante la Semana E de la
Lectura y la Escritura en la I.E. Leonor Lourido
de Velasco. Cuento Colectivo Re-Escrito por los estudiantes de 6.2. Idea Original de Michel Sanabria.
Teniendo
sólo 10 años, Gabriela, despertó una mañana sintiendo la esperanza de poder cambiar
el mundo. Soñó con un país en paz y tranquilo en el que se pudiera caminar con
seguridad por las calles. Se levantó de la cama renovada y se arregló para ir a
la escuela y allá en la clase de español expuso lo que soñó.
Expuso
frente a sus compañeros y ellos se burlaron de ella, de su sueño y de sus
intenciones. Entre varios gritaron: Tonta, Ilusa… En cambio uno solo la miró y
le dijo…
-No
hagas caso, de pronto alcances tu sueño, sin importar el qué dirán.
Gabriela,
reflexionó en silencio las posibilidades de lograr su objetivo. Recordó que lo
mejor era pedir consejo a un adulto y pensó en su mamá. Ella le dijo:
-Escucha
y recuerda siempre estas palabras: No te rindas hija. Lucha por tu sueño. No
veas ejemplo en mí, para que no cometas los mismos errores que yo no pude
evitar-. Gabriela, sabía el por qué la mamá le dijo eso.
Gabriela,
vivía en medio de problemas de todo tipo. Violencia intrafamiliar, el consumo
de drogas de sus vecinos, violencia en el barrio y contaminación de las
empresas que estaban ubicadas cerca al barrio en el que ella creció.
Pasaron
los años y poco a poco Gabriela, fue madurando su proyecto de vida. Entró a
estudiar Derecho, se graduó, consiguió trabajo en la Alcaldía y empezó a
mostrar su Proyecto a los Altos Dirigentes. Ellos se dieron cuenta del buen
proyecto de Gabriela y lo llevaron hasta las manos del Presidente que la hizo
llamar de inmediato a su despecho. Cuando él la vio entrar a su oficina se le
pareció muchísimo a su hija Mariana. Ella murió muy joven cuando tenía tan sólo
15 años. El Presidente, pensando en que ayudando a Gabriela sería como ayudar a
su propia hija, le dijo al escucharla.
-Tu
sueño se cumplirá tal cual como está escrito.
Iniciaron
los preparativos, arrancaron con el proyecto y todo iba bien hasta que la mamá
de Gabriela cayó enferma y robó toda su atención y energía. Gabriela, tuvo que
dejar a un lado todas las tareas y deberes de su proyecto para dedicarse a
llevar a su mamá a los tratamientos, cirugías y exámenes de laboratorio.
Gabriela,
quería que su madre mejorara, pero todo fue en vano. En cuestión de seis meses la
hospitalizaron.
Una
tarde cualquiera en la habitación en la que se encontraba hospitalizada unos
hombres desconocidos entraron y salieron sin ser vistos, la desconectaron y le
causaron la muerte inmediata.
Gabriela
recordó que mucho del dinero que entró a su casa provino de la venta de
estupefacientes; sobre todo vendido a los jóvenes vecinos de su cuadra y a
muchos más que llegaban ansiosos a comprar las drogas que vendía su mamá como
si fueran confites. Por eso Gabriela no siguió sus pasos e hizo caso al consejo
que le dio cuando tenía sólo 10 años.
Gabriela
descansó un tiempo prudente. Superó la muerte de su madre y prosiguió con su
proyecto. Poco a poco vio cómo se iba haciendo realidad: las familias empezaron
a vivir en paz, los jóvenes ya no se drogaban en las esquinas del barrio ni en
ningún otro lado y al contrario mejoraron su estilo de vida; algunos estudiaron
y otros trabajaron para salir adelante. La mayoría renunció a las armas y en el
barrio se acabaron las fronteras invisibles y los enemigos se convirtieron en
amigos. Todo su sueño se realizó tal cual como lo soñó de niña.
Gabriela
supo salir adelante superando los obstáculos que se interpusieron en su camino.
En su muerte ya muy anciana le hicieron una estatua en la plaza principal del
pueblo y en su honor se conmemora el DÍA MUNDIAL DE LA PAZ.
-FIN-
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